Dos manos: introducción al piano jazz en solitario
Extracto del libro en preparación de Jorge López de Guereñu que trata de la historia de las grabaciones de piano jazz tocado en solitario, un fenómeno estrechamente vinculado al surgimiento del jazz y al inicio de la industria discográfica.

Un piano en el escenario. Luego, el público ocupará sus butacas, y es posible que se emocione con el músico que tocará ese piano sin acompañamiento alguno.
Esos grupos tienen una magia especial en la combinación entre lo que cada instrumento toca y el resultado final, pero también los solos absolutos tienen un atractivo particular. Para disfrutarlos hay que superar la barrera de su aparente aridez. La superación de este reto por los pianistas, enfrentados en solitario a uno de los instrumentos más importantes en esta música, es el tema de este libro. También pretende describir con estas peculiares grabaciones, la convulsa evolución del jazz, parte esencial de la banda sonora del siglo XX y lo poco que llevamos del XXI.
El piano jazz en solitario
Los orígenes de la comercialización de la música grabada casi coinciden temporalmente con los del jazz. Su antepasado más directo, el ragtime, todavía se registraba y comercializaba en forma de rollos de papel perforado para pianola. De su restauración se han obtenido mediante transfers las grabaciones más antiguas.

Louis Moreau Gottschalk
De vuelta a Estados Unidos comienza una enloquecida carrera dando cientos de conciertos por todo el país, y los alterna con estancias en Cuba y Puerto Rico, cuyos folklores influyen mucho en lo que hace. Una alumna suya que tocó toda su vida sus composiciones, Teresa Carreño, se vuelve bastante popular y ayuda a que su música sea más conocida. Tras un escándalo sexual con otra alumna, abandona el país, pasa un tiempo en Sudamérica componiendo y tocando en varios países hasta que muere en Rio de Janeiro, con apenas cuarenta años, tras contraer la fiebre amarilla.
Su música es un nexo crucial entre las culturas europeas y la evolución de la de los descendientes de los esclavos, y otras formas de folklores mestizo, en América, y muchas de sus piezas tienen similitudes asombrosas con el ragtime, y se adelantan en casi un siglo a ciertas cosas que surgen en Nueva Orleáns, en el Caribe, en Brasil y el resto del continente sudamericano.
La popularización de la música grabada, a principios de siglo, coincide con la desaparición de dichos rollos. Prácticamente al mismo tiempo, los fonógrafos antiguos, que funcionaban con cilindros de cera, son sustituidos por el gramófono que reproducía las primeras placas grabadas por una cara. Las primeras grabaciones de jazz aparecen en 1917, cuando aun se fabricaban los últimos cilindros para fonógrafos. El stride, enormemente popular en los años veinte es, pues, paralela a la de sus primeras grabaciones, y la evolución del piano en el jazz es una parte esencial del desarrollo de esta música.
La historia del jazz no es lineal. Nace como una forma mestiza, que hereda elementos de distintas músicas. Éstas se mezclan de de distinta forma en distintos lugares del país, aunque parece claro que su origen más directo fue en Nueva Orleans. Su desarrollo es muy rápido y muy complejo, con frecuentes apariciones simultáneas de diferentes estilos. Por este motivo, este recorrido por las grabaciones hechas por pianistas sin acompañamiento no tiene una forma cronológica exacta. Se sigue una sucesión aproximadamente temporal hasta los años cincuenta, en los que los estilos se multiplican y conviven con los anteriores, cada vez más numerosos. Otros menos vanguardistas van apareciendo según conforme algunos músicos van mirando hacia atrás, a una historia cada vez más rica. Así, ni siquiera este jazz a medio camino entre lo tradicional y lo más novedoso, llamado mainstream, es el mismo en cada momento.
El jazz de los cincuenta consiste en el rechazo del bebop o en la aceptación de muy pequeñas dosis de sus innovaciones. El de los setenta asume de forma natural el hard bop y sobre todo, el jazz modal de Bill Evans. Un pianista mainstream actual incorpora, de manera más o menor medida, elementos del free jazz. Este estilo, en su tiempo tan revolucionario, es hoyen día también parte de la tradición. El jazz ha demostrado en apenas un siglo de historia un enorme dinamismo. Su evolución es un tema complejo, pero fascinante, y la historia del piano en el jazz no lo es menos.
Frecuentemente, en el ejercicio de tocar sin acompañamiento es cuando los pianistas se encuentran en las mejores condiciones para expresar su lenguaje de la manera más personal y menos contaminada. A veces, en estas grabaciones en solitario, se aprecian los avances y su contribución a la tradición del jazz con una claridad ejemplar. Estudiar la progresiva mutación del arte de enfrentarse sin compañía a este ingrato y voluminoso instrumento es una manera inmejorable de comprobar la riqueza asombrosa del jazz.
Los solos absolutos dan buena cuenta de un universo en el que caben muchísimas sensibilidades diferentes. Las de sus autores, por supuesto, pero las de su público con sus distintas preferencias, también. Esta historia pretende atender a la mayor parte de ellas sin prejuicios, ni exclusiones. Como aquel gran pianista, Duke Ellington, dejó sentenciado, sólo existen dos tipos de música, la buena y la mala. De la primera, que es la que nos interesa, mucha ha sido creada por pianistas en solitario.
El piano de ragtime
En los orígenes del jazz, ningún otro instrumento tiene la costumbre de tocarse en solitario, únicamente en la música tocada por pianistas encontramos tantos casos de grabaciones en este formato desde la aparición de la música grabada.

Scott Joplin.
Los rollos de papel para pianola recopilados por Biograph o sus “Complete Works” editados por Laserlight son muy recomendables, y también Columbia ha publicado con buen criterio sus obras en varias colecciones. Entre las muchas recopilaciones de ragtime que existen en el mercado hay también alguna con obras de otros grandes compositores de esta música, como James Reese Europe, James Scott, o los menos conocidos Joseph Lamb y Tom Turpin.

Eubie Blake en 1975, a los 88 años de edad.
Después de aquella época, el ragtime ha seguido siendo una música tocada por diversas generaciones de pianistas. Max Morath es uno de los grandes especialistas, apodado Mr. Ragtime. Su “The Best of ScottJoplin and Other Rag Classics” es una maravilla atemporal, y “The Ragtime Man” otro gran disco de este autor, Joshua Rifkin, otro gran intérprete de música clásica, también grabó grandes versiones de temas de Scott Joplin y otros compositores.
Cada cierto tiempo, el ragtime reaparece en forma de revival. Aunque esto no se produzca, siempre han existido, en todas las épocas, músicos modernos de jazz tradicional que tocan ragtime. Incluso hoy en día, en pleno siglo XIX, hay quien se dedica en exclusiva a esta música. El joven pianista de Chicago Reginald R. Robinson es un gran intérpete que además ha compuesto decenas de estupendos nuevos ragtimes. Sus cuatro discos, tres consecutivos para el sello Delmark, y su más reciente “Man Out Of Time”, suenan, incríblemente, menos anacrónicos de lo que se podría esperar. Demuestran que la buena música no tiene fecha de caducidad, y la excepcional, tampoco tiene fecha de factura.

Jelly Roll Morton.
Otros solos de Morton aparecen un muchísimas otras recopilaciones de dedicadas a su extensa discografía. Algunos son recomendables para entender su estilo absolutamente personal como instrumentista de este gran compositor. “Plays Jelly Roll Morton” de Legacy y las diversas versiones de las recopilaciones dedicadas a sus rollos de los años 1924, 1925 y 1926 son perfectas para escuchar su primera época. Para escuchar su música posterior, las que recogen sus grabaciones para Riverside y sus últimas sesiones para General son fantásticas.
La música que conocemos como jazz de Nueva Orleans no era una música exclusiva para pianistas. La mayoría de ella era interpretada por pequeñas orquestas donde trompetistas y clarinetes eran muy importantes, y los arreglos también. La improvisación era el otro gran elemento diferenciador de esta nueva música. El ragtime y los blues que provenían del sur, y esta música de Nueva Orleans de Morton y otros pioneros, una de las primeras formas del jazz, se extendieron por todo el país, mayoritariamente tocada por pianistas en solitario, aunque ocasionalmente también por otros instrumentos y orquestas.
Algunos discos recomendados
Scott Joplin «The Entertainer: Classic Ragtime From Rare Piano Rolls» © Biograph Records, 1974
Scott Joplin, interpretado por Joshua Rifkin «Joplin: Piano Rags» © Elektra Nonesuch, 1987
Scott Joplin, interpretado por Richard Zimmerman «Complete Works of Scott Joplin, vols. 1-5» © Laserlight, 1993
Eubie Blake «Memories of You» © Biography/Shout Factory, 2003
Eubie Blake «Blues & Rags – His Earliest Piano Rolls 1917-1921» © Biography Records, 1972 (vinilo)
Eubie Blake «1921 – Vol. 2 Rare Piano Rolls Of Early Blues And Spirituals» © Biography Records, 1973 (vinilo)
Eubie Blake «Tricky Fingers» © Quicksilver, 2003
Max Morath «Plays The Best Of Scott Joplin And Other Rag Classics» © Vanguard, 1988
Max Morath «The Ragtime Man» © Omega Classics, 1993
Joshua Rifkin «Scott Joplin: Piano Rags» © Elektra/Nonesuch, 1990
Reginald R. Robinson «The Strongman» © Delmark, 1993
Reginald R. Robinson «Sounds In Silhouette» © Delmark, 1994
Reginald R. Robinson «Euphonic Sounds» © Delmark, 1998
Reginald R. Robinson «Man Out Of Time» © CD Baby, 2007
Jelly Roll Morton «Piano Rolls» © Elektra/Nonesuch, 1997
Jelly Roll Morton «The Complete Piano Solos 1923-1939 – Musical Memories 1923-1924» © Milestone, 1992
Jelly Roll Morton «Last Sessions: The Complete General Recordings» © GRP/Verve, 1997
Jelly Roll Morton «Plays Jelly Roll» © Columbia/Legacy, 2006
Jelly Roll Morton «The Complete Library Of Congress Recordings» © Rounder, 2005
Jelly Roll Morton «Blues & Stomps From Rare Piano Rolls» © Biograph, 1993
© Jorge López de Guereñu, 2017 (texto e ilustración de cabecera)
Buenos días, Don Jorge!
Después de tan suculento vermouth pianístico, espero, hambriento, el menú..
Felicidades por tu artículo!!
Quedo de usted,
Pere