San Sebastián 2017: Ernie Watts Quartet
Reseña del concierto del Ernie Watts Quartet, integrado por Ernie Watts, Christof Sänger, Rudi Engel y Heinrich Köbberling, celebrado el día 23 de julio de 2017 a las 18:30 en la "Heineken Terraza", en el marco del Festival de Jazz de Donostia/San Sebastián - Heineken 52 Jazzaldia.
El día 22 de julio fue de relax y de hecho no estuve por San Sebastián y no vi ningún concierto. Pero el 23 se presentaba cargadito, con tres conciertos de tres saxofonistas. El primero era a las 18:30 en la “Heineken Terraza”, al lado del Kursaal, y quien actuaba era el Ernie Watts Quartet, integrado por Ernie Watts (saxo tenor, flauta india americana, cabasa), Christof Sänger (piano), Rudi Engel (contrabajo) y Heinrich Köbberling (batería).

Ernie Watts Quartet en el escenario de la «Heineken Terraza» (foto de Alejandro Díaz)
La sesión se inició con Acceptance, del álbum “A simple truth”, un tema vibrante con un swing muy particular, que ofreció oportunidad a todos los músicos para presentar sus credenciales. Unos músicos estupendos, por cierto. El contrabajista me encantó, y el pianista también tuvo intervenciones brillantes. Y Watts, bueno… soplando con tremendo brío a sus 71 años. Durante el solo de contrabajo, Ernie aprovechó para quitarse la chaqueta y arremangarse, espantando mis temores de que le diera un síncope. ¡Menudo calor hacía! El siguiente tema fue The road we’re on, original del batería Heinrich Köbberling, un mid-tempo con una melodía muy fresca. El concierto me estaba gustando, el sonido era magnífico y lo único molesto era que Watts abusaba bastante del recurso de hacer “trinos” con el saxo. Pero esa tendencia se fue amainando.

Ernie Watts tocando la flauta india americana (foto de Alejandro Díaz)
A continuación sonó Letter from home, un tema elegante e infeccioso con tintes soul, al que acabaron añadiéndole toques funky. Aquí se lucieron el pianista y el saxofonista, primero por separado y luego juntos, en un divertido “mano a mano” entre los dos.
Y llegó el momento que yo ya sabía que iba a llegar: Ernie Watts anunció que iba a tocar un tema en homenaje al gran Charlie Haden, su compañero y amigo con quien tocó durante 25 años en el Quartet West. En cuanto mencionó a Haden me puse a aplaudir, y buena parte del público me secundó, aunque muchos poniendo cara de “ah, ¿pero ahora hay que aplaudir?”. Me da igual, yo me apunto un tanto a mi favor por haber conseguido que aplaudieran a Charlie Haden.
El tema en cuestión era Wheel of time, y es el que da título a su último disco. Un preciosa balada que comenzó con una introducción de Watts en solitario, secundada después por Rudi Engel con un solo de contrabajo muy a lo Haden, con el sonido rotundo y las notas limpias y precisas. Siguieron bellas intervenciones de Watts y del pianista Christof Sänger. Aquello era tan bonito que me recosté ensimismado en el césped, y escuché parte del tema contemplando un cielo azul con nubes blancas, que parecía sonreír. Yo creo que Charlie estaba por allí. Como no podía ser de otra manera en un homenaje a Haden, el tema terminó con un hermoso solo de contrabajo.
Me incorporé de nuevo para aplaudir a rabiar, y Watts y sus chicos nos ofrecieron un último tema: Reaching up, movido y hasta bailable, con un destacado papel del (según Watts) “legendario” batería Heinrich Köbberling, y Watts dándole a la cabasa para potenciar el ritmo de sus compañeros. En resumen, un concierto muy muy agradable de un veterano que sigue en la brecha, y que no se arredra por tener que tocar para niños.
© Alejandro Díaz, 2017
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