
Billie Holiday «Lady Sings The Blues»
Hay suficiente información por ahí de este disco para que venga yo añadiendo más polución al tema. Brevemente: para quien no lo haya escuchado todavía que sepa que se encontrará con una Billie Holiday madura, con la voz perceptiblemente castigada, pero con la capacidad expresiva intacta, con otra profundidad, directa a las entrañas, más bluesy imposible, acompañada por unos músicos que están a la altura, sólo hay que leer sus nombres, cantando conocidos temas de su repertorio blusero y grabados en dos sesiones, en el ’55 una y en el ’56 la otra, con títulos como Lady Sings The Blues, el desgarrado Strange Fruit, Ain’t Misbehavin’, God Bless The Child…
El motivo principal de este comentario es el bonus track que no figuraba en el disco de vinilo original. Se trata de unos fragmentos de una sesión de ensayo que quedó grabado y ahora publicado, de unos 15 minutos. Billie Holiday está preparando el God Bless The Child con Tony Scott al piano. Ensayan la canción que Billie Holiday ha cantado miles de veces, pero en el ensayo parece como si tuviera que descifrarlo de nuevo. Da la sensación que a pesar de haberlo cantado tanto, nunca lo ha hecho igual, y sigue teniendo la estupenda inseguridad en como debe hacerlo, ¡ella! y está buscando la manera. El final del tema lo ensaya una y otra vez… decenas de veces.
En la grabación totalmente informal del ensayo se cuelan bocinazos de los coches en la calle, conversaciones entre el personal que está allí, una trompeta que está ensayando cerca, Billie Holiday cantando fuera de micro, interrupciones varias, a decir verdad pocas veces llegan a ligarse más de ocho compases seguidos en los primeros 13 minutos, pero es un privilegio estar entre los fogones de la cocina donde se está cocinando una maravilla. Lo cojonudo es que el mejor final le sale cuando interpreta todo el tema seguido, en los últimos minutos de la grabación, y no se parece a ninguno de los tantos que ha estado ensayando antes. Y al acabar ella ríe con abierta carcajada, contenta por haberlo encontrado.
Este track es un regalo que se agradece, pero el atractivo real está en el resto del disco, en la emoción del blues en el que vivía instalada Billie Holiday, y que se expresa con esa voz que, si te atrapa, te hace pedazos.
© Tocho, 2010
Billie cantando el escalofriante Strange Fruits.
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