
Millennial Territory Orchestra «MTO Plays Sly»
Este tercer trabajo discográfico de la Millennial Territory Orchestra (tras «MTO, VOl 1» –2006, Sunnyside- y «We Are MTO» -2008, Mowo!-) es otro desenfadado, rumboso y divertido cóctel sonoro en el que este grupo de notables músicos de la escena newyorkina se pone a las órdenes de Steven Bernstein para producir música de vago acento jazzy, desacomplejada y plena de funk y soul. Es decir, nada nuevo en la obra de la banda, si bien ese acento jazzy que menciono quizá se haya diluido en esta ocasión… (¡ojo! eso no significa que el aficionado jazzítico tenga por qué sufrir para degustar el cóctel resultante).
«MTO Plays Sly» es una celebración de la música de Sly And The Family Stone. Y digo “celebración”, y no “reinterpretación”, porque la banda interpreta esta música sin tratar de adueñarse de ella, sin hacerla propia; se limita a recrear los temas dándoles, claro, un toque personal, un aire nuevo, pero dejando que fluyan por sí solos conforme al espíritu que los levantó originalmente. Que, por otro lado, tiene bastantes puntos de contacto con el del propio Bernstein: ritmos sólidos y bien trabados, sonido poderoso, buen humor, desenfado.
La fiesta arranca con un clásico incontestable de la banda, Stand. El órgano de Bernie Worrell, viejo militante de la familia Stone, construye sin prisas un viscoso groove con la complicidad de Ben Allison y Ben Perowsky, mientras vientos y metales ponen un discreto pero muy equilibrado contrapunto, hasta que al cabo se enganchan todos al tema principal (cantado con nervio y convicción por Sandra St. Victor), para transitarlo sin prisa y con hondura y desembocar, en el último tercio del tema, en un vigoroso riff coronado por un ardiente solo de Vernon Reid… se trata de un comienzo exultante, que presagia lo que se nos viene encima: una banda sólida, rotunda y ordenada, capaz de hacernos vibrar a base de bien.
Family Affair, cantado con engañosa fragilidad por un espléndido Anthony Hegarty, es una cadenciosa interpretación que se beneficia ampliamente de la guitarra de Matt Munisteri, y de un precioso y sorprendente solo de violín de Charles Burnham. Que Sera, Sera, otro tema lento, resulta, en cambio, algo cansino: Martha Wainwright contribuye a lastrarlo con su plomiza interpretación y, aunque al cabo la banda eleva considerablemente la temperatura, el resultado no remonta. M’Lady devuelve la música al mundo de los ritmos certeros y jugosos, con Worrell colaborando sin complejos en el guiso, y otro tanto sucede con You Can Make It If You Try. Everyday People es una preciosa revisión en clave atmosférica del famoso tema, que arranca lentamente para ir ganando intensidad con el correr de los minutos, y resulta original, atractiva y emocionante. Skin I’m In trae de nuevo los procedimientos funkarras al primer plano, y Sly Notions 2/Fun los remacha con acento divertido y zumbón. La grabación concluye con tres temas bien diferentes entre sí: el lento y bluesy Time, aderezado con otro solo incendiario de Reid; un fantástico Thank You For Talkin’ To Me Africa servido de la mano de Bill Laswell, de ritmo resoluto, divertidos arreglos y arrebatador sentido funky; y el bonito Life en plan blue grass, breve pero curioso y atractivo.
Una vez más, la escasez de pretensiones trascendentes no impide a una grabación alcanzar altas cotas de placer y diversión. «MTO Plays Sly» es una grabación sólida y potente, cuajada de buenos ritmos y plena del espíritu del homenajeado. Apuesto a que muchos lo pincharemos con frecuencia en los próximos meses.
© Ricardo Arribas, 2013
El grupo grabando en estudio el tema Everyday People.
Audio de un tema del disco
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