
Roberto Fonseca «Akokan»
Roberto Fonseca pertenece a una generación de pianistas posterior a Chucho Valdés, nació en 1975 en La Habana, donde continúa residiendo. Con una sólida formación musical en Cuba, y con varios discos en el mercado internacional, publicó en 2009 este disco, después de haber acompañado en su última exitosa gira mundial a Ibrahím Ferrer y colaborado mano a mano en su memorable disco de boleros «Mi Sueño».
En esta producción totalmente grabada en los míticos estudios Egrem de La Habana le acompaña soplando Javier Zalba, ex Irakere, con quien fundó el grupo de jazz afrocubano Temperamento en 1997, o sea que hace unos añitos que vienen tocando juntos.
La tradicional escuela de piano cubano sufrió un ataque de virtuosismo con la irrupción del moderno Chucho Valdés, cuya solidez técnica le permite caer en el exceso con demasiada frecuencia. Otros pianistas comparten esta tendencia, Ernán Lopez-Nussa, los principios de Gonzalito Rubalcaba… pero el talento de Fonseca le ha permitido distanciarse de la influencia que ejercieron Chick Corea o Herbie Hancock, y Gillespie con su visita a la isla en 1981, en la generación anterior, y organiza el diálogo entre tradición y modernidad de una manera mucho más orgánica.
El disco lo abre una breve nana cantada sin piano, que sitúa la cosa en un territorio intimista, seguidamente Fonseca la ilustra con su piano en una introducción que enseguida toma otro tono explotando en una música plenamente jazzera, groovie y cubana, al la vez lírico y poderoso, con la que es capaz de transmitir esa calidez próxima a nosotros de lo latino, con el lenguaje universal del jazz.
Luego le sigue una versión de la nana afro Drume negrita que cantaba magistralmente Bola de Nieve, con preciosos solos del clarinete de Javier Zalba y del piano de Roberto Fonseca. Y bueno, el disco va ofreciéndose cálida y dulcemente como un imprevisto regalo positivo entre imaginativos danzones, sones cubanos y fusión tocados con un desparpajo y buen gusto encomiables. Un buen disco, incluso para aquellos que no le tengan pillado el truco a la clave caribeña.
© Tocho, 2010
Roberto Fonseca en 2010.
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