
Samuel Blaser Quartet «As the Sea»
Las fotos elegidas por el histórico sello suizo para cada entrega encierran un mensaje alegórico que atrapa al puramente musical. Un reloj en un paseo marítimo, frente al mar, no como un faro de luz sino de tiempo.
Desde aquél debut en «7th Heaven» (2008, Between the lines), el cuarteto con guitarra con el que el joven trombonista suizo sorprendió desde la escena neoyorquina (siendo europeo) ha sido, salvo la sustitución por piano en su otro gran grupo Consort in Motion, el formato que más ha frecuentado. Por esta plantilla han pasado músicos de la creación más inmediata e interesante como Tyshawn Sorey, Thomas Morgan y sobre todo Gerald Cleaver, mientras que en el puesto de guitarristas se han ido rotando Scott Dubois, Todd Neufeld y, de un tiempo a esta parte, desde que Blaser volvió a Europa, Marc Ducret, quien también participa en su trío.
Establecer la residencia en Berlín en 2009 le sirvió para re-configurar este cuarteto, cuyos registros en directo, publicados por la discográfica suiza hatOLOGY, permiten apreciar un enfoque más robusto y tenso que el sutil, fluido y cromático «Pieces of Old Sky» (Clean Feed, 2009). El primero de ellos, «Boundless», se grabó en 2010 durante su primera gira. Otro concierto un año después ha dado lugar a este segundo, en el que aún podemos disfrutar de un colaborador transatlántico hipersolicitado como Gerald Cleaver, cuyas facultades únicas se reparten en los proyectos más destacados de la creación actual, poniendo en peligro su continuidad en éste.
«As the Sea», como «Boundless», se nutre —aunque no dimensiona como él— de la creación instantánea y las formas abiertas. El discurso se desarrolla, nuevamente, a lo largo de cuatro largos desarrollos que funcionan como entes autónomos en cuanto a temática, pese a que se perciba en sus finales y principios un canal de expresión subterráneo.
Los ambientes y velos tornasolados inspirados en la transición que une al Renacimiento con el Barroco, la narrativa madrigalista y modos de improvisación que potencian la creación de texturas, recursos de los que gusta usar Blaser, redundan en una frondosidad sombría y esquiva a la vez, enardecida por las aristas dialécticas que promueve Ducret y apuntalada por bajo y batería. El suizo proviene del mundo académico, de ahí su interés por la recreación de formas antiguas y el esquema “tema con variación”. Mientras que el guitarrista francés, autodidacta, proyecta un mundo sónico de difícil catalogación por su bizarra audacia: entre rock, noise y música contemporánea.
Ambos confluyen en una intensidad cruzada y una ornamentación recargada en torno a la distorsión figurativa (multifónicos uno, pedales el otro), dejando espacios a trío que los dos completan. El toque exuberante y apagado, en palpitante planos de sujeción, de Cleaver y el toque fibroso y tenso de Oester apoyan una estructura de empuje constante, con mayor peso compositivo y por tanto con un mensaje más concentrado y menos sorpresivo. Un directo que atrapa pero que deja con más aliento que «Boundless».
La música surge desde el ruido y se expande sin mirar hacia atrás. Como el mar.
© Jesús Gonzalo, 2013
El grupo en una actuación en directo en Octubre de 2010.
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