Continúo con la conversación:
Ostras, este grandioso sonido Hi es una puñetera maravilla, no tenía ni idea de su existencia.
¿Qué quiere decir “sonido HI”?
(...)
Yo me había olvidado de otro: "Further Standards" de Howe Gelb y Lonna Kelley, además un descubrimiento para mí porque no conocía de nada a este cantante, que está algo así como a medio camino entre Tom Waits y Nick Cave y tiene discos para aburrir.
https://howegelbmusic.bandcamp.com/albu ... -standards
Esta bien este
“Further Standards” de Howe Gelb, lo acabo de escuchar. A este tipo ya le conocía, pero he escuchado muy pocas cosas de él o de su grupo Giant Sand. De todas formas este
“Further Standards” me ha hecho recordar a los dos discos que recomendó Jorge LG hace mucho tiempo (
“Lull Some Piano” y
“Ogle Some Piano”), de Howe Gelb sin cantar y tocando el piano en plan súper crudo, tipo “piano has been drinking”. Realmente en estos dos discos no va de escuchar a ningún gran pianista, ni siquiera a un buen pianista. Hace mucho tiempo que no los escuchaba y lo estoy haciendo ahora, en bucle. Como pianista, Howe Gelb está muy lejos de la perfección y parece tan limitado técnicamente que no son esas cosas las que me fascinan de él, y además toca pianos que alguno suena a anciano jubilado hace mucho tiempo, ese tipo de adorable trasto que a duras penas conserva todas las teclas después de haber sido maltratado en mil locales llenos de humo y pestazo a cerveza, uno de esos heroicos superviviente a los cuales intentarlos afinar es una cuestión demasiado complicada porque él solito se las apaña en desafinarse al cuarto compás. No recordaba que estos dos discos fueran tan adictivos.
-
El
“Lull Some Piano” es más crudo, si cabe, que el
“Ogle Some Piano”, y el
“Lull…” son 19 canciones, cortitas, claro, y cada una de ellas está titulada con una sola palabra. Si lees de corrido los 19 títulos te encuentras con:
“Do you see what happens when none of these tracks needed to have names, but now they all do.” No sé que hubiera hecho si en vez de 19 tracks fueran 12 (es un decir), pero seguro que lo hubiera solucionado con la misma brillantez. Y el
“Lull …” es todo lo contrario: cada uno de los títulos de las también 19 canciones (parece que le encontró gusto a este feo número primo) es una novela en sí mismo, nada más hace falta leer uno de ellos
“Once i followed the field path down to the guilty and careened there in the shimmer of simpatico churning like kumquat rapids of froth and green simmer, I could almsot smell the ship of purpose”, por ejemplo. Es posible que sea el título de una canción más largo que conozca. Me encanta este serio sentido de humor, que por supuesto también está en su música.
Todo eso me ha llevado a pensar alguna cosa sobre los títulos de los temas instrumentales en el jazz.