
Nels Cline Singers «Initiate»
«Initiate» documenta las dos situaciones fundamentales en que puede encontrarse un grupo al enfrentarse a su público: la grabación en estudio y el concierto. Se trata de un cd doble, cada uno grabado en una de esas situaciones. En el caso de los Nels Cline Singers da la impresión de que la música no tiene por qué variar demasiado, en lo fundamental, de una a otra: en ambos casos la música del grupo está cuajada de vendavales eléctricos que se van desarrollando ante nosotros poco a poco, y que van cargándose de tensión para liberarse finalmente en una apoteósica descarga llena de fuerza, distorsión y volumen.
Sin embargo, en «Initiate» las diferencias entre el cd de estudio y el directo existen, y son muy otras: Cline se ha planteado el primero como un laboratorio donde experimentar nuevos sonidos, nuevas perspectivas para su grupo, sin abandonar la esencia ya conocida del mismo, mientras el segundo lo muestra en su salsa habitual… es más, en directo esa salsa resulta mucho más espesa y especiada, y los Singers suenan más Singers que nunca.
Así, en el estudio de grabación Cline ha experimentado para ofrecer música más contemplativa, menos energética de lo habitual: hay estruendosas catarsis guitarreras pero priman la búsqueda de atmósferas sonoras y la indagación expresiva de sonidos y texturas. Y el abanico estilístico del grupo se abre mucho más allá de las jams rockeras marca de la casa (Floored, Red Line To Greenland): hay cortes contemplativos, atmosféricos (You Noticed); cadenciosos ejemplos de rock suavemente seductor (Grow Closer); cortes de rudo sonido industrial (Scissor/Saw); ritmazos funk remachados por el inconfundible sonido de los Singers (B86 Inkblot Nebula); piezas de un rock gélido y ruidoso que traen a la cabeza lo que podrían haber hecho los King Crimson de no haberse dormido su líder en los laureles años atrás (Mercy Procession)…
Y, detrás de todo ello, la guitarra electrizante de Nels Cline, la labor ajustada y vibrante de Devin Hoff y Scott Amendola, los jueguecitos electrónicos de Amendola y un par de colaboraciones puntuales que colorean un disco lleno de interés y potencia expresiva.
En directo, como decía antes, los Singers se andan con menos miramientos: desbarran a placer en largas y catárquicas improvisaciones, sin prisas, tomándose todo el tiempo del mundo para desarrollarlas hasta un a menudo tórrido punto de cocción. Se trata de crescendos que se construyen antes sobre sí mismos que sobre las composiciones, y dan fe de la potencia y saber hacer de un grupo ejemplar.
Sorprende comprobar el (abundante) uso que Cline y Amendola hacen de los elementos electrónicos a lo largo de toda la grabación, especialmente en directo: a menudo parece que son cuatro o cinco los músicos sobre el escenario (en un par de temas de hecho son seis, pues colaboran con ellos tres percusionistas)… ese detalle alimenta el fuego de una curiosa reflexión en torno a la capacidad técnica y mental de los músicos para realizar varias tareas ¿creativas? simultáneamente, y a la “frialdad” con que pueden llegar a hacerlo. Cuesta imaginar a los Singers concentrados en sus aparatos electrónicos mientras se dejan llevar por esos brutales vendavales sonoros… pero no desbarremos, por ahora será mejor no darle más vueltas a esa cuestión.
«Initiate» es una grabación extraña, hermosa y, en mi opinión, soberbia.
© Ricardo Arribas, 2010
Nels Cline Singers en 2010
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