
Roscoe Mitchell & The Note Factory «Far Side»
«Far Side» es la segunda grabación de la Note Factory de Roscoe Mitchell (la primera fue «Nine To Get Ready» –1999, ECM-). Con motivo de aquella Mitchell describió al grupo como “la realización de un sueño que tuve muchos años atrás, un grupo de músicos improvisadores con alcance orquestal”. Pues bien, ahora el veterano saxofonista da un paso más en la consecución de su sueño al presentar a su remozado grupo en directo en el Burghausen Jazz Festival de 2007, con una formación realmente ilusionante en la que repiten Craig Taborn, Jaribu Shahid y Tanni Tabbal, y a la que se incorporan el trompetista Corey Wilkes, el pianista Vijay Iyer, el chelista Harrison Bankhead y el baterista Vincent Davis.
Lo que encontramos en «Far Side» es música morosa, muy desestructurada, que va surgiendo con discreción de la imaginación combinada de los siete músicos. Far Side/Cars/Far Side, el tema que abre la grabación, tarda en arrancar, y cuando lo hace es en forma de masa sonora más bien liviana, aunque con una notable inercia: los músicos van entrando poco a poco en una fase de leve misterio, y hacia el minuto quince se disparan por fin y empiezan a dar cera, Iyer primero, Mitchell al soprano después (enroscándose incansable en torno a sus propias frases), Wilkes por último, vivaz pero menos atractivo. En Quintet 2007 A For Eight(Braxton estaría orgulloso de estos títulos) un ritmo entrecortado pero en última instancia vacilón sirve para que los chicos se sacudan un tanto su severidad y construyan una interpretación con cierto sentido del humor; no hay grandes improvisaciones solistas pero sí mucha conversación musical aquí. Trio Four For Eight arranca con un interesante diálogo a tres bandas (los bajos y la trompeta de Wilkes), también con su puntito humorístico, luego los pianos y contrabajos dialogan para plasmar una bonita conversación. Por último, en Ex Flover FiveTaborn hace una excelente y furibunda improvisación, salpimentada con los pertinentes comentarios de Mitchell y Wilkes; luego entra Mitchell, que también se desmelena a placer con el saxo alto.
Brillante y atractivo, «Far Side» no hará las delicias de los amantes de las emociones directas: es un plato apetitoso pero de cocción muy lenta, que precisa ser degustado del tirón para exprimirle todo el (mucho) jugo que atesora.
© Ricardo Arribas, 2011
Concierto incompleto de Roscoe Mitchell solo, en Liubliana (Estonia) en 2014
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