A menudo paso días escuchando casi exclusivamente piano, de todas las épocas y de todos los colores, a veces pienso que el piano constituye un género por sí mismo, por encima de si es jazz, clásica, minimalista, blues, música latina o lo que sea..
Ésto es una verdad como un templo. Yo también sufro con frecuencia esta especie de "pianitis" aunque en mi caso, suelo recurrir al piano en solitario, y puedo estar escuchando a Monk y en un momento pasar a los clásicos como James P. Johnson o Willie "The Lion" Smith, a los impresionistas de aquellas llamadas nuevas músicas como Philip Aaberg o George Winston o a Alfred Brendel interpretando las sonatas de Beethoven.
Creo que alguna vez ya te lo he contado, Tocho, que una de mis asignaturas pendientes es escribir algo medianamente serio, tal vez decir un libro sea demasiado pretencioso para alguien como yo que no escribe con regularidad, pero algo en definitiva sobre el piano solo en el jazz. Cuando llevaba pocos años escuchando jazz, era un adolescente por entonces, nunca le había prestado demasiada atención al piano en solitario y una noche, en uno de aquellos programas de radio de Paco Montes, Jazz Internacional, escuché algo que me impresionó. Cogí el programa empezado pero escuché un tema largo interpretado por un pianista a solaneras y de impresionó de tal forma que casi me da un ataque al no poder esperar a que acabara el tema y dijeran de quien se tratara. Al final resultó ser Earl Hines. Yo había escuchado ya a algunos pianistas, pero este tenía algo distinto, no sé lo que era, tal vez el papel de la mano izquierda, ese swing camuflado a pesar de ser un tema lento, no sé, el caso es que desde entonces, escucho y compro todo lo que puedo de piano solo. Por contribuir en algo a este hilo tan interesante, voy a hablar brevemente de 5 pianistas, entre otros muchos, que me han impresionado.
Willie "The Lion" Smith. Uno de los más grandes del piano de los años 20 y 30, del stride piano, junto al que has citado, James P. Johnson. Estos pianistas, sobre todo Smith al haber vivido más años, jamás se preocuparon en adaptar su pianismo a las nuevas corrientes y al final de su vida solían presentarse en conciertos y grabar a menudo en solitario, algo que también hizo Earl Hines en los años setenta, donde para mi están sus mejores intervenciones, en las que reina una calma tremenda que no está reñida con el swing y esto se debe a que ya no había mucho más que decir, simplemente se trataba de hacer feliz al personal tocando la música que habían estado tocando durante años. Esto se totalmente evidente en grabaciones como "Music on my mind" de la serie Jazz in Paris de 1965 o en "Pork and Beans", del 66, que muestran a un viejo "The Lion" en estado de gracia absoluta, y con una modernidad que echa para atrás. La parsimonia con que interpreta su “H&M Blues” es alucinante y no te queda más remedio que caer rendido a sus pies.
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Y de
Earl Hines, pues ya lo he dicho. Imposible quedarse con una grabación. Creo que hay que tenerlas todas, desde el indispensable "Blues in Thirds" de 1965, pasando por los "Tour de Force"/"Tour de Force Encore" de principios de los setenta, así como otras grabaciones para el sello británico Black Lion como "West Side Story" (con un medley de esta obra de algo más de 10 minutos sin desperdicio alguno), los homenajes a Gershwin, a Porter, a los cuatro gigantes (Carmichael, W.C.Handy y Armstrong, "Four Jazz Giants"), los dos volúmenes de Ellington, o los conciertos "At Home", "In New Orleans", "At New School" o "At Saralees". Un gigante, uno de los más grandes, y en quien no debemos detenernos solo en su faceta de pianista. Cualquier grabación suya es música de primer orden, aunque y sienta debilidad por escucharle solito frente o en sus cuartetos con el gran Budd Johnson.
Thelonious Monk. Ya lo ha citado Sonry antes. Si hay alguien que no haya escuchado "Thelonious alone in San Francisco" o las grabaciones para Columbia a piano solo, cosa que dudo, no sabe lo que se pierde. Estas últimas, grabadas entre los años 62 y 68, y que salieron hace años en distintos discos, son esenciales en cualquier discoteca que tenga al menos tres discos de Monk, cuyo universo queda aquí constreñido en estas dos horas de música intemporal que hoy sigue sonando absolutamente fresca. Y como decían Richard Cook y Brian Morton, autores de la guía Penguin de discos de Jazz, “unas sesiones estas a piano solo con las que es necesario convivir durante un tiempo”. Y también, son grandiosas las grabaciones ya a principios de los 70 recogidas bajo el nombre de "The London Collection", parte a trio con Al McKibbon y Art Blakey, y parte a piano solo, para mi, estas últimas, al mismo nivel que lo grabado para Columbia la década anterior.
Joanne Brackeen. Aunque la imagen que he puesto es la del concierto en Maybeck, por otro lado, un recital fantástico que tiene el aliciente de ser el primero que abrió la serie y que puso el listón bastante alto, quiero hablar de otro concierto a piano solo de esta grandísima pianista. Se trata de un concierto en Graz (Austria) en 1998 que emitieron en la radio ese mismo año y que un servidor tuvo la suerte de estar a la escucha con una cinta de cassete preparada. Espeluznante la versión de “Emily” de Johnny Mandel, así como otras composiciones, la mayoría suyas, entre las que destaca un “Pink Elephant Magic” asombroso.
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Y por último,
Kenny Werner. A piano solo o con otros músicos en cualquiera de sus distintos proyectos, siempre acierta. Y cada vez a mejor. Me encanta cuando juguetea con los sintetizadores en “Lawn Chair Society” con Dave Douglas y Chris Potter, o en “Democracy” con Kenny Wheeler, el directo “Balloons” con Randy Brecker y David Sanchez o cualquiera de los trios. El duo con Chris Potter es, para mi, de lo mejorcito que se ha podido grabar en este formato. ¿Alguien tuvo la suerte de verlo en los festivales de Euskadi en los noventa con Toots Thielemans? Y solo ante el piano, el primer trabajo suyo que tengo es “Copenhagen Calypso”, aunque mejor es el recital en Maybeck. La interpretación de su “Gu Ru” a mi me pone los pelos de punta al igual que las incursiones en un pianismo que vas más allá de las fronteras del jazz en “Roberta Moon”. Y la cosa va en aumento. Los últimos piano solos que tengo son de cortar la respiración, “Me, myself and I”, ya totalmente relajado, y “New York Love Songs”, aunque grabado con anterioridad a este, yo lo he escuchado por primera vez más tarde, una maravillosa grabación intimista y otoñal, a la que siguen en una línea parecida otros pianistas como John Medeski en “A different time” y Jessica Williams en el reciente “With love”.
Saludos